Bien saben las polillas que este año me estoy comportando. No he roto ningún plato, he llevado a arreglar mis pantalones viejos y he priorizado leerme los libros empolvados a comprarme otros nuevos para empolvar. He sido bueno y por ello exijo una compensación real, sin carbón ni petróleo, que si no puedo tomar el tren no necesito ese extra de combustible.

No es necesario viajar para viajar, eso lo sabe muy bien mi abuela desde que le visitó su amigo alemán, pues desde entonces no ha parado de reencontrarse con sus lugares más queridos, en el espacio y en el tiempo, y sin salir de la residencia. También lo saben aquellos que se han equivocado alguna vez de setas, los que duermen y nunca llegan a la fase REM, o, sin ser tan rebuscados, los que leen cosas.

La vida es un conjunto de eventos, algunos son un asco y otros un orgasmo, pero estamos obligados a pasar por muchas curvas. Por suerte, cuando nacemos nos dan un papel y un permanente para poder ir dibujando la boca de nuestra mascarilla, que en ocasiones será sonriente y en otros momentos menguante. El caso es que, si a los eventos obligados les sumamos otros de libre elección, pero aparentemente excepcionales, el dibujo comenzará a parecerse a una buena rodaja de sandía.

La verdad es que no ha habido muchas opciones en el año de la rata, siempre ligada a la enfermedad y a la decadencia, pero no nos desesperemos, que el Inframundo es el piso más enterrado, así que las escaleras hacia arriba son el único camino posible. 2021 comienza muy regular, sin duda, pero recapacitemos, veintiún gramos pesa el alma, una palabra preciosa para algo que no existe, pero que a menudo duele, como los veintiún órganos que tiene el ser humano. Veintiún siglos desde el nacimiento de un símbolo, y otro de ellos, Georges Brassens, nació el 21 de octubre de 1921. Veintiún segundos tardas en orinar, veintiún minutos en atender sin bostezar, 21 horas en Múnich es una película sobre el atentado de los Juegos Olímpicos de esa ciudad alemana, y por último, veintiún días tardas en adoptar un hábito, o al menos eso nos cuentan.

Para ir mejorando despliego un enero loco-festivo por todo el mundo, respetando siempre al sistema nervioso y a sus secuaces, así que dejemos en paz al gallo, al toro, a la ballena, al zorro y a los millones de ojos tristes que no entienden qué está pasando aquí:

En España, al igual que en el resto de la bola, se han suspendido eventos señalados que deseábamos con nuestros veintiún gramos, como la Vijanera de Silió (Cantabria), la celebración de las Jarramplas (Piornal, Cáceres), la Tamborrada (San Sebastián) o la mayoría de las cabalgatas de los Reyes Magos. Pero la salud es lo primero, dicen por ahí, así que respiremos hondo y disfrutemos de lo que el virus nos permite (de momento), como la fiesta de Sant Antoni en San Pobla (Mallorca), el 16 y 17 de enero, donde, en un año normal, se fabrican unas hogueras por donde se pasean los demonios, los cabezudos y un grifo gigante que escupe fuego, pero no, este año va a ser todo en pequeñito y con medidas espeluznantes.

Tal vez sí podamos ser testigos, el día 5 de enero, de la Quema de las Hachas en Elche, donde la muchachada prende unas antorchas para indicar el camino a los Reyes, y así no quedarse sin los regalitos. Eso sí, el roscón de Reyes del día 6 de enero no nos lo quita nadie, porque nos pueden dejar sin pastel, pero no sin su guinda.

En otras partes del universo están con las mismas. Este año no podemos empezarlo corriendo, pues el New Year´s Run de Berlín se ha cancelado. Lo sé, lo siento, sé que tenías muchas ganas de correr. Y no solo eso, el Up Helly aa, que se celebraba el 26 de enero en Lerwick (Escocia), ha tenido que cancelarse también. Se trata de una fiesta vikinga llena de fuego, armaduras y algún drakkar. Mucho más al sur, el Kaapse Klopse, una especie de carnaval sudafricano que se celebra siempre el 2 de enero en Ciudad del Cabo, ha sido pospuesto para mediados de año. No obstante, algunos festivales no han sido eliminados aún de la cartelera, y de momento resisten las tempestades. Hablemos de estas cinco fiestacas internacionales:

• Ocaso Underground Music Festival. O simplemente Ocaso, es un festival de música electrónica que se lleva a cabo en Tamarindo, una población al noroeste de Costa Rica. Este año, el festival tendrá lugar entre los días 7 y 11 de enero. Entre la playita y la selva tropical se debe formar una buena… Los monos acaban con ojeras, las olas crecen y los árboles bailan durante los cinco días que dura el festival. Si te chifla esta música, o simplemente el ambiente que allí se construye, pues hazte una visita, siempre que puedas ¡Pura Vida! Así que cuidado con las copas compartidas y los aerosoles. Mejor cierro los ojos, pues ojos que no ven, corazón que se detiene.

https://www.festivall-app.com/es/festivals/ocaso

• Voodoo Festival/Festival Internacional de las Artes y la Cultura del Vudú. Ahora nos vamos al corazón africano para conocer el Festival del vudú en Ouidah (Benín), que se celebra todos los años el día 10 de enero desde 1993. Los tambores palpitan al ritmo de los bailes. Los más devotos se disfrazan y adoptan el rol de dioses que persiguen a todo aquel que peque de curioso ¡Qué no te toquen! O morirás sin saber quién te mandó a ti visitar el Voodoo Festival.

https://en.wikipedia.org/wiki/International_Festival_of_Vodun_Arts_and_Cultures

• Tromsø International Film Festival. Muy, pero que muy al norte es este festival de cine que tiene lugar en Tromsø, al norte de Noruega. Se trata del festival cinematográfico más importante del país y de fama internacional, inaugurado en 1991. Cuenta con cinco lugares donde proyectan los trabajos, y uno de ellos es al aire libre, donde, además de ver el largometraje que toque, con suerte aparecerá también la aurora boreal. Este festival comienza el 18 de enero de 2021 y se alarga hasta el 24 de enero. Obviamente, este añito tendremos menos entradas disponibles y habrá menos películas, pero al menos no se cancela, así que sonriamos, que empieza la función.

https://www.tiff.no/

• International Kite Festival in Gujarat. En el Estado de Gujarat, la parte más occidental de la India, se celebra cada año uno de los festivales más importantes del país, a la vez que sorprendente: Miles de coloridas cometas se echan a volar en la región para celebrar el final del invierno en el calendario indio, acercándose la temporada de la cosecha, el 14 de enero. Desde 1989 se lleva a cabo un campeonato internacional en Ahmedabad, ciudad más grande de Gujarat, recibiendo cometas de muchas partes del mundo. Probablemente, este año acabe cancelándose el festival por la cuenta que les trae… El tiempo nos dirá.

https://www.holidify.com/pages/international-kite-festival-gujarat-4714.html#:~:text=2021%20Dates%20of%20International%20Kite,attractions%20of%20tourism%20in%20Gujarat.

• Festival de Surva. Desde 1966 se lleva celebrando este carnaval búlgaro de fantasmagóricas máscaras en la ciudad de Pernik, al oeste del país. Siempre que se puede se celebra el último fin de semana del mes de enero, y digo siempre que se puede porque el año pasado tuvo que cancelarse por la sequía que estaba viviendo el país. De momento, este año sigue en pie la celebración, que tendrá lugar entre el 29 y el 31 de enero. Es una especie de ritual de soltero donde se hacen juegos y desfiles con máscaras grandes y pesadas, que forma parte de la tradición búlgara.

https://bg.wikipedia.org/wiki/%D0%A1%D1%83%D1%80%D0%B2%D0%B0_(%D1%84%D0%B5%D1%81%D1%82%D0%B8%D0%B2%D0%B0%D0%BB)

La fiesta es la fiesta, y si este año no podemos quemar figuras y tirar huevos, pues quemaremos petardos y tiraremos bolas de nieve, pero no me vengas ahora con el cuento de que sabes controlar… Hay cosas que tu corazón no puede dejar pasar, como el azúcar y los anuncios en los que salen animalitos pequeños. Mientras tanto sé fuerte y respira hondo. El mes que viene más. ¡Feliz año, humano!